Eclipse lunar de mayo 2023: fecha

El 5 de mayo de 2023 algunos países podrán ver un eclipse lunar penumbral. 

De acuerdo con el sitio oficial de la NASA, el fenómeno podrá verse en África, Asia y Australia. 

Los ciudadanos verán un eclipse lunar penumbral profundo durante la noche del 5 al 6 de mayo de 2023. Este fenómeno comenzará a las 15:13 UTC, tendrá su mayor exposición a las 17:22 hora UTC, y terminará a las 19:31 UTC. 

Los que viven en América no podrán ver el eclipse, y esto se debe a que toda la acción tendrá lugar mientras la Luna esté por debajo del horizonte, según explica EarthSky 

La duración total de este fenómeno será de 258 minutos, el equivalente a 4 horas y 18 minutos. Sin embargo, algunos verán el eclipse mejor que otros dependiendo de su ubicación. Por ejemplo, en algunos países lo verán al salir o ponerse la luna, cuando la una está baja en el cielo. 

La magnitud umbral de este eclipse es de -0,046, lo que significa que la Luna apenas alcanza la parte más oscura e interior de la sombra de la Tierra (llamada umbra). 

Según esta medida, se trata del eclipse penumbral más profundo hasta septiembre de 2042. No obstante, los eclipses penumbrales son difíciles de ver, por lo que se necesitará un clima idóneo y mucha paciencia para poder apreciarlo. 

Qué es un eclipse lunar penumbral  

“Un eclipse lunar penumbral es el tipo más sutil de eclipse lunar, uno que la mayoría de la gente ni siquiera notará”, explica EarthSky en su sitio web. En este eclipse la sombra de la Luna no se detectará hasta que el disco lunar esté inmerso en aproximadamente 2/3 de la sombra penumbral. 

Los eclipse lunares son seguros a simple vista y aunque los prismáticos y telescopios no son necesarios para ver un eclipse lunar, mejoran la visión. 

La NASA alerta de una nueva amenaza para la vida en planetas como la Tierra

El Observatorio de rayos X Chandra de la NASA y otros telescopios identifican una nueva amenaza para la vida en planetas como la Tierra. La clave estaría en la explosión de una estrella. Un estudio indica que una estrella que explota puede plantear más riesgos para los planetas cercanos de lo que se pensaba. 

La amenaza se da en una fase en la cual los rayos X intensos de las estrellas que explotan pueden afectar a las atmósferas de los planetas a una distancia de hasta 160 años luz, explica la NASA en un comunicado. «Si un torrente de rayos X pasa sobre un planeta cercano, la radiación alteraría severamente la química atmosférica del planeta», dijo Ian Brunton de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign, quien dirigió el estudio. 

Las explosiones de supernovas estaban centradas en el peligro que suponía la intensa radiación producida por una supernova en los días y meses posteriores a la explosión, y las partículas energéticas que llegan cientos o miles de años después. 

Ahora, en un nuevo estudio reciente, los investigadores han descubierto que hay otra amenaza más. «Las secuelas de las supernovas siempre producen rayos X, pero si la onda expansiva de la supernova golpea el gas circundante denso, puede producir una dosis particularmente grande de rayos X que llega meses o años después de la explosión y puede durar décadas». 

Es decir, la amenaza proviene de la onda expansiva de una supernova que golpea el gas denso que rodea la estrella que explotó. El impacto puede ser tal que se puede producir una dosis de rayos X y que podría llegar a la Tierra o a otro planeta similar meses o años después de la explosión y puede durar décadas: la exposición tan intensa puede desencadenar la extinción en el planeta, el proceso podría acabar «con una parte significativa del ozono, que se encarga de proteger la vida de la «peligrosa» radiación ultravioleta y por tanto, tendría consecuencias letales. 

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Un científico de la NASA asegura que las probabilidades de que un asteroide impacte en la Tierra son «mucho mayores»

La Tierra tiene más riesgo ahora de ser impactada por un asteroide, según científico de la NASA. 

Un científico de la NASA ha compartido un estudio en el que advierte que «las probabilidades de impacto» de asteroides contra la Tierra son ahora «mucho mayores». 

James Garvin, responsable del Centro Goddard de Vuelos Espaciales de la agencia espacial, ha puesto el foco «en cuatro cráteres de impacto complejos que abarcan el último millón de años de la historia de la Tierra, principalmente dentro de las regiones tropicales, con diferentes características de roca objetivo». 

Para llegar a la conclusión de que algunos de los cráteres en la superficie de la Tierra serían más grandes de lo que se esperaba, el experto ha actualizado las cifras de los últimos años y ha elaborado mapas en 3D a través de las antiguas zonas de impacto, dos de las cuales están ubicadas en Latinoamérica, Pantasma en Nicaragua e Iturralde en Bolivia, y sus correspondientes cráteres: Bosumtwi en Ghana y el Zhamanshin en Kazajistán. 

Según Garvin, el impacto generado en Pantasma es equivalente a 727 mil megatones y fue «suficiente para volar parte de la atmósfera de la Tierra y distribuir su impacto a nivel mundial». Por otro lado, el cráter de Iturralde se midió en 9,6 kilómetros a pesar de que los datos actuales le otorgan un tamaño de 28,9 kilómetros. 

Por tanto, el equipo de Garvin sugiere en su informe, presentado en la Conferencia de Ciencias Planetarias y Lunares 2023, celebrada en Texas, Estados Unidos, que el riesgo de impacto de grandes asteroides en el último millón de años es mucho mayor de las estimaciones realizadas hasta ahora. 

Científicos prevén la primera misión orbital tripulada a Marte pasando por Venus

Científicos del Jet Propulsion Laboratory y Caltech han señalado que la NASA debe aprovechar 2033 para lanzar la primera misión tripulada a la órbita del planeta rojo. Puede marcar un antes y un después en el mundo de la astronomía. 

A pesar de que el mundo astronómico cada vez está más estudiado por expertos en este campo, hay algo que todavía está pendiente. Y esa cuenta pendiente se puede saldar en 2033. En este año tendrá lugar un acercamiento entre la Tierra y Marte que, según un grupo de científicos, será el momento perfecto para lanzar el primer viaje tripulado. La misión propuesta duraría alrededor de 1,6 años y sobrevolaría la órbita del planeta roja, para posteriormente pasar por Venus. 

A su vez, científicos del JPL (Jet Propulsion Laboratory) y Caltech han señalado que la NASA debe aprovechar 2033 para enviar la primera misión tripulada a la órbita de Marte. Cabe destacar que su trabajo presenta un concepto que reduciría el desarrollo y el riesgo de la misión mediante el uso de las etapas de propulsión hipergólica (combinación de propelentes) convencional en el espacio con un diseño común, según un estudio publicado en Journal ol Spacecrafts and Rockets. 

El planeta rojo se ha visitado unas cuantas ocasiones -por Estados Unidos o China- pero en todos estos casos ha sido mediante módulos de aprendizaje y objetos controlados desde la Tierra, es decir, nunca por personas físicas. 

Ikos Tech, un traductor de plantas para conocer sus necesidades

La compañía almeriense prevé facturar 2,5 millones con unos dispositivos que ayudan a mejorar los cultivos 

En sus años de trabajo como ingeniero agrónomo, Joaquín Soriano, de 36 años, comprobó que la agricultura intensiva tenía carencias. La digitalización era escasa y había que tomar muchas decisiones prácticamente a ojo. Empezaba a darle vueltas a una idea cuando un familiar conoció a David Gálvez, de 50 años e ingeniero de Telecomunicaciones, durante un trayecto en Blablacar. Le atrajo el proyecto del que le habló y se sumó junto con Rubén Rincón, de 46 años. Finalmente, la empresa Abdera Suministros, donde trabajaba Soriano, entró como inversor. Nació así Ikos Tech, compañía que ha diseñado un dispositivo que realiza mediciones de numerosas variables y se convierte en un traductor de las necesidades de las plantas. A partir de los datos determina cuándo hay que regar un cultivo, en qué cantidad o si hay riesgo de plaga. En 2022, su tercer año de vida, facturó un millón de euros, más del doble que en 2021. Este año aspira a llegar a los 2,5 millones. 

Los terminales desarrollados por la compañía nacida en Almería cuentan con un mínimo de siete sensores, aunque tienen capacidad para el doble. Dos son tensiómetros que, instalados en el suelo a diferente profundidad, ayudan a saber cuándo hay que regar y con cuánta agua. Otros sirven para medir la salinidad, la temperatura ambiente, el porcentaje de humedad o el déficit de presión de vapor, que indica cómo transpira la planta. A ese paquete básico se le pueden añadir extras para conocer el nivel de radiación solar, el caudal de agua o la temperatura infrarroja de las hojas. Están adaptados tanto para cultivo en invernadero como en exterior. Un millar de agricultores los han instalado en plantaciones de tomates, pimientos, ajos, cítricos o frutos subtropicales, con ahorros de hasta el 50% de agua y una mejora en la producción. 

Desde sus oficinas en Adra (25.300 habitantes), Soriano explica que cada equipo con hardware de diseño propio instalado en el campo genera 144 mediciones diarias. El algoritmo denominado Raindrop analiza la información para indicar al agricultor cómo debe actuar en cada momento. Los registros reunidos crecen a diario, afinando más el sistema. “Hemos acumulado ya 80 millones de datos, que nos ayudan a ser cada vez mejores”. 

China halla una reserva de agua en la Luna de 270.000 millones de toneladas

Hace menos de dos años, China dio un pequeño gran paso en su objetivo de convertirse en una potencia espacial. Por primera vez, el gigante asiático fue capaz de enviar una nave robótica al Oceanus Procellarum, el océano de las tormentas, una enorme mancha oscura en la Luna visible a simple vista desde la Tierra donde se encuentran, según pensaban los responsables del programa espacial chino, los terrenos más jóvenes de nuestro satélite. La sonda Chang’e 5 aterrizó cerca del monte Rümker, una mole de 70 kilómetros de largo que se levanta más de un kilómetro sobre el horizonte, usó un brazo robótico para tomar muestras, las empaquetó y las envió al módulo orbital que sobrevolaba la Luna. Desde allí se despacharon de vuelta a la Tierra. Y todo esto en un solo día lunar: unos 14 días terrestres. 

Probablemente, la Luna se formó cuando un planeta del tamaño de Marte se estrelló contra la Tierra hace más de 4.000 millones de años. El cataclismo hizo que un pedazo de Tierra quedase desgajado y completamente cubierto de roca fundida por la violencia del impacto. Las temperaturas debieron de ser tan infernales que toda el agua probablemente se evaporó para siempre. 

Sin embargo, en los últimos años, varias misiones robóticas y telescopios terrestres han confirmado que la Luna sigue atesorando agua. Y no gotitas, sino toneladas en forma de hielo. Buena parte está en las zonas de sombra perpetua de los polos, donde nunca llega el sol. Y esas regiones inexploradas, en especial las del polo sur, se han convertido en el lugar donde aterrizarán las primeras misiones tripuladas al satélite en más de 50 años. Van allí precisamente porque hay agua, y con ella posible sustento para colonos y materia prima para combustible de cohetes con los que, algún día, llegar hasta a Marte. 

Hasta ahora no se sabía de dónde vino esa agua helada. Otras sondas espaciales han apuntado a que también la hay en las zonas iluminadas del satélite sin que de nuevo se sepa cómo ha llegado allí, tal vez a bordo de asteroides o desde alguna reserva no detectada hasta ahora. 

En un estudio publicado este lunes, científicos de la Academia Nacional de Ciencias China (CAS) en colaboración con dos investigadores europeos, aseguran que la clave del origen del agua en la Luna está en las muestras enviadas a la Tierra por la Chang’e 5 desde el noroeste del satélite. Estas contienen vidrios de impacto, pequeños granos de diferentes colores que probablemente se formaron a altas temperaturas tras el choque de meteoritos. Estos vidrios recolectados por la sonda china contienen pequeñas cantidades de agua, según el estudio, publicado en la revista especializada Nature Geoscience. 

La NASA presenta el traje que llevará la primera mujer que pise la Luna

Dentro de dos años, una mujer y otras personas serán los primeros humanos en pisar el polo sur de la Luna. El sol estará muy bajo en el horizonte. Los bordes de los cráteres y las montañas proyectarán larguísimas sombras que ocultarán buena parte del terreno. En las zonas de luz habrá más de 50 grados, mientras en las partes más sombrías la temperatura caerá a más 200 grados bajo cero. Es un territorio hostil y completamente nuevo para la humanidad que requería un traje de astronauta totalmente renovado. 

La agencia espacial de EE UU (NASA) ha presentado hoy el nuevo traje que llevarán los primeros astronautas que pisen la Luna en 50 años, dentro de la misión Artemis 3, que se lanzará en 2025. Junto a responsables de la agencia espacial participan en el evento portavoces de Axiom Space, la empresa que ha desarrollado las escafandras por 228 millones de dólares. 

El polo sur de la Luna es un territorio estratégico cuya exploración se disputan las grandes potencias espaciales, entre ellas EE UU y China. Es probable que aquí haya grandes cantidades de agua helada en las zonas de sombra perpetua donde nunca llega el sol. El agua será esencial para sostener futuras colonias, fabricar combustible y ensayar todos los sistemas necesarios para cumplir el próximo gran sueño de la NASA y Europa: llevar astronautas a Marte. 

“Este es el traje que nos llevará allí”, ha dicho Bob Cabana, vicepresidente de la NASA, sobre la superficie lunar y, en un futuro, el planeta rojo. La última vez que la NASA desarrolló trajes similares fue hace 40 años, para el programa de transbordadores espaciales, que funcionaron entre 1981 y 2011, ha recordado Vanessa Wyche, directora del Centro Espacial Johnson de la NASA, donde se ha presentado la escafandra. 

El traje presentado hoy es negro con adornos naranjas, pero el que veremos en la Luna será blanco, han explicado los responsables de Axiom mientras un voluntario saludaba al público, se agachaba y hacía otros movimientos dentro de la escafandra. “Vamos a llevar a la civilización a la Luna y más allá”, ha celebrado Mike Suffredini, consejero delegado de la empresa, que ha dicho que el 50% de todo el desarrollo está basado en los estudios previos que había hecho la NASA durante 10 años. 

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NXCP900, el nuevo y revolucionario fármaco que podría frenar el cáncer en fases avanzadas

En 2010, el investigador Asier Unciti-Broceta formó el primer laboratorio del Instituto de Genética y Cáncer como parte del Centro de Investigación contra el Cáncer de Edimburgo. Es ahí donde nació este descubrimiento. El laboratorio llamó la atención de la farmacéutica Nuvectis Pharma, que apoyó el proceso de investigación y creación con una inversión de más de 3 millones de euros. Es la cifra más alta de una licencia comercial dada en la Universidad de Edimburgo en sus 500 años de historia. 

La NXP900 es una pastilla que inhibe una proteína que está relacionada con varios tumores, sobre todo en estados avanzados, la SRC/YES1. La proteína SRC regula la proliferación de las células tumorales y su capacidad para generar metástasis. Este fármaco frenaría esta reproducción. 

La SRC se activa en muchos tipos de cáncer como el de mama, colon, próstata, páncreas o o en el de ovarios. Su gran multiplicación se suele asociar a cánceres en un estadio avanzado, potencialmente metastásicos y que presentan resistencia a las terapias. Cánceres que, generalmente, dan un pronóstico clínico negativo. 

Cuando la pastilla esté lista, el paciente se tendrá que someter a unos análisis genéticos para determinar si está involucrada la proteína SRC antes de avanzar más allá en el proceso. A diferencia de tratamientos como la quimioterapia, la NXP900 solo actúa sobre las células afectadas y no interfiere en las que son sanas. De esta manera, el fármaco no servirá para prevenir, pero sí podría frenar el desarrollo de la enfermedad. 

Un nuevo planeta entre Marte y Júpiter sería el fin de la Tierra, revela estudio

Un grupo de científicos de la Universidad de California Riverside (UCR) se dio a la tarea de resolver un enigma ¿qué pasaría si se integrara un nuevo planeta entre Marte y Júpiter? 

Todos conocemos los 8 planetas que integran nuestro Sistema Solar y que giran alrededor del Sol: Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno; atrás, muy atrás y ya lejos de este grupo algunos recordamos a Plutón. 

Fue en la plataforma informativa para infancias de la NASA que se formuló esta interesante pregunta que, estos investigadores, no dudaron en tomarla para llevar a cabo este interesante experimento. 

Para ello, tomaron de referencia la distancia que existe entre él 4º y 5º planetas, en donde hay una barrera natural de piedras y escombro cósmico, conocida como el Cinturón de Asteroides. 

Pero, ¿qué pasaría si hubiera un planeta entre Marte y Júpiter? Pues como si no fuera suficiente la amenaza que hemos sido dentro de la Tierra ocasionando el cambio climático, los astrónomos de UCR descubrieron que de haber un planeta entre Marte y Júpiter sería el fin de la vida en nuestro planeta. 

En conclusión, la Tierra podría quedar fuera del Sistema Solar, si hubiera un nuevo planeta entre Marte y Júpiter. 

Expertos descubren un agujero negro supermasivo extremo en el borde del universo

Un equipo de astrónomos de la Universidad de Texas y de la Universidad de Arizona han descubierto un agujero negro en una de las galaxias más extremas conocidas del Universo primitivo llamada COS-87259. 

Los investigadores, cuyo trabajo se ha publicado en la revista ‘Monthly Notices of the Royal Astronomical Society’, han determinado que la galaxia forma estrellas a un ritmo 1.000 veces superior al de nuestra Vía Láctea y que contiene más de mil millones de masas solares de polvo interestelar. 

Además, también han comprobado que este agujero negro supermasivo genera un potente chorro de material que se desplaza a una velocidad cercana a la de la luz a través de la galaxia que lo alberga. 

«Estos resultados sugieren que los primeros agujeros negros supermasivos estaban a menudo muy oscurecidos por el polvo, quizá como consecuencia de la intensa actividad de formación estelar en sus galaxias anfitrionas. Esto es algo que otros han estado prediciendo desde hace algunos años, y es realmente agradable ver la primera evidencia observacional directa que apoya este escenario», explica Ryan Endsley, autor principal del estudio. 

El hallazgo proporciona nuevas pistas sobre los primeros agujeros negros supermasivos, aunque sigue siendo un misterio para los científicos cómo se forman, principalmente porque varios de estos objetos se han encontrado cuando el Universo era muy joven.