Las drogas y el alcohol en la adolescencia.

Los adolescentes que usan estas sustancias pueden tener dificultades para encontrar su identidad, formar habilidades para relacionarse y sentirse emocionalmente estable. También pueden tener problemas preparándose para su futuro.

«Las drogas más consumidas por los estudiantes de 14 a 18 años son el alcohol, tabaco, cannabis y tranquilizantes o pastillas para dormir«

El cannabis es la droga ilegal de inicio más temprano, se sitúa en 14,6 años y la más extendida entre adolescentes de 14 a 18 años. Los chicos consumen en mayor proporción que las chicas todas las drogas ilegales; mientras que, entre las mujeres es más frecuente el consumo diario de tabaco (16,4% de las chicas fuman frente al 13,3% de los chicos), de alcohol (59,4% de las chicas ha consumido alcohol en los últimos 30 días, mientras que los chicos lo hicieron en un 57,7%) y de tranquilizantes. En las drogas ilegales, se observa que las diferencias en las prevalencias por sexo son más acusadas a medida que el consumo es más frecuente o intensivo a favor de los varones. Los mayores incrementos en la extensión del consumo de alcohol, tabaco y cannabis se produce entre los 14 y 15 años.

Las drogas han sido clasificadas según diversos sistemas de categorización, aquí elegimos la clasificación según sus efectos sobre el sistema nervioso central debido a sus simplicidad didáctica.

• Drogas depresoras: las sustancias depresoras del sistema nervioso central son aquellas que atenúan o inhiben los mecanismos cerebrales de la vigilia y pueden producir distintos grados de inactivación, desde relajación, sedación y somnolencia, hasta hipnosis, anestesia y coma, dependiendo de la dosis. Algunas drogas, además, tienen efectos específicos, como la producción de anestesia. Las más frecuentes serían alcohol, ansiolíticos, opiáceos e hipnosedantes.

• Drogas estimulantes: son sustancias que producen euforia que se manifiesta con bienestar y mejoría del humor, aumento de la energía y del estado de alerta, así como un aumento de la actividad motriz y una estimulación del sistema cardiovascular. Produciéndose una mejora del rendimiento intelectual y una disminución de la sensación subjetiva de fatiga y apetito. Se asocian a aumento de la frecuencia cardiaca, tensión arterial y midriasis. Estimulantes mayores serían la cocaína y anfetaminas y, estimulantes menores, la nicotina y la cafeína.

• Psicodislépticos: son drogas perturbadoras de la conciencia, también llamadas alucinógenas. Alteran la percepción de la realidad, producen sensaciones extrañas, ilusiones e incluso alucinaciones visuales y auditivas. Ejemplos son: hongos alucinógenos, LSD, cannabis…

Sin embargo, existen diversas sustancias muy utilizadas en la actualidad que presentan características de varios grupos, esto se ve con frecuencia en las drogas de síntesis, el MDMA es, a la vez, estimulante y alucinógena y la ketamina es depresora y alucinógena.

La dependencia de sustancias es una enfermedad del sistema nervioso central, debido a la disfunción neurobiológica de estructuras cerebrales mesoencefálicas, límbicas, corticales y de circuitos cerebrales implicados en la motivación y la conducta.

¿Cómo afecta el consumo de drogas en los adolescentes?

Pérdida de memoria y dificultad en el aprendizaje, que afectan al rendimiento escolar. Aumento del apetito, ansiedad y disminución del sistema inmunitario. Alteraciones respiratorias, cardiovasculares y procesos cancerosos parecidos a los que provoca el tabaco.

Estos son algunos puntos fundamentales para la prevención del consumo en adolescentes:

1- Una buena educación familiar. Los programas preventivos en personas con vulnerabilidad o problemas en la esfera familiar, son otra vía importante para conseguir reducir el consumo de las distintas drogas, ya que a mayor número de problemas, mayor probabilidad de consumo de drogas.

2- La interrelación entre el grupo de iguales, familia y colegio es fundamental también para detectar problemas.

3- Fomentar el ocio y actividades recreativas salúdales en nuestros adolescentes.

4- Informar sobre la concepción que se tiene sobre las distintas drogas influye en su consumo. En ocasiones puede haber sesgos sobre los efectos de las sustancias, en un sentido o en otro. Por ello es de gran relevancia proporcionar información correcta y tener siempre presente que el objetivo de una persona es tener las suficientes habilidades para enfrentarse adecuadamente a su entorno y tener una buena adaptación en el mismo.

5- Ponerse en contacto con profesionales ante la sospecha o confirmación del consumo, para valorar la situación y realizar una intervención precoz

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