Un bombardeo de las fuerzas de Rusia sobre la red eléctrica de Ucrania la semana pasada causó un daño «colosal», sin dejar ninguna central térmica o hidroeléctrica en el país intacta, según el jefe del operador del sistema de transmisión de electricidad, propiedad del gobierno. 

«Este fue el mayor ataque, el mayor de la historia. Se lanzaron más de 100 misiles pesados. Sus objetivos eran las instalaciones del sistema energético ucraniano, principalmente, las subestaciones de Ukrenergo y las centrales térmicas ucranianas que producen energía para los consumidores ucranianos», declaró este martes Volodymyr Kudrytskyi, director general de Ukrenergo. 

«Para entender la magnitud de estos ataques, de lo que se trata, casi toda la generación térmica y de energía de las grandes centrales sufrió daños por el impacto de los misiles. Casi no hay subestaciones centrales de Ukrenergo que estén intactas. Prácticamente todas las subestaciones clave han sido alcanzadas al menos una vez, y algunas tres, cinco u ocho veces», añadió. 

La red ucraniana está actualmente «estabilizada» con apagones programados debido a los daños masivos causados en las centrales eléctricas, dejándolas incapaces de suministrar suficiente electricidad al país. Jersón, situada en el sur de Ucrania, sigue siendo la región más «problemática» para el suministro eléctrico, aunque los trabajadores locales están concentrados en desminar la red tras la retirada de las tropas rusas. 

En ausencia de nuevos ataques masivos, la situación debería ser estable, con cortes de cuatro horas al día previstos, dijo.