Hasta la fecha han ingresado al país más de 74.000 venezolanos por los puestos de migración fronteriza, huyendo de la xenofobia y persecución de la que son víctimas en países como Colombia, Ecuador, Perú y Chile.

En los últimos meses las bandas criminales administradas por paramilitares colombianos, han auspiciado el ingreso de compatriotas por pasos ilegales (trochas), ocasionando el repunte de casos comunitarios que se ha registrado en las últimas semanas, según detalló este domingo el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.

En este sentido, el Ejecutivo nacional destacó que los migrantes que ingresan legalmente al país son atendidos en los Puestos de Atención Social Integral (PASI), establecidos en las zonas fronterizas, donde son captados para cumplir un aislamiento de quince días, durante los cuales se les realizan estudios necesarios para descartar que sean portadores del COVID-19.

Una vez cumplidos los protocolos sanitarios recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), son enviados a sus estados de origen, para reencontrarse con sus familiares. De resultar positivos, son ingresados a un centro de salud, donde reciben tratamiento y atención gratuita para superar la enfermedad.