La marea roja deja unas 30 ballenas muertas en una reserva natural de la Patagonia argentina

Las algas tóxicas causaron el número inusual de muertes en Península Valdés, una de las zonas de avistamiento más famosas del mundo 

Dos investigadores trabajan sobre el cadáver de una ballena franca austral en la costa de Península Valdés, en Argentina, a principios de octubre. 

Tras casi un mes en alerta, los científicos han detectado las causas de un número inusualmente alto de muertes de ballenas en la costa argentina. La marea roja, como se le llama al florecimiento de algas tóxicas, mató a unos 30 cetáceos en los alrededores de la península Valdés, un golfo que abarca seis áreas naturales del sur argentino donde la ballena franca austral se reproduce y da a luz durante la primavera austral. La aparición de los cadáveres en la costa de la provincia de Chubut desde finales de septiembre preocupaba a los científicos, que habían encontrado cadáveres sin lesiones y en buen estado nutricional. 

A 1.400 kilómetros de Buenos Aires, la península Valdés es una de las zonas de avistamiento de ballenas más famosas del mundo. Un tercio de la población mundial de la ballena franca austral que se calcula en torno a los 6.000 ejemplares se acerca cada año entre abril y diciembre a sus bahías protegidas, donde la calma del agua es ideal para que puedan aparearse. La treintena de cadáveres que los científicos hallaron en el último mes no era un número especialmente alto para una zona tan concurrida, pero los alertó por el corto espacio de tiempo en el que sucedieron las muertes: entre el 24 de septiembre y el 11 de octubre se hallaron los restos de 26 cetáceos adultos y cuatro jóvenes, según el informe del Instituto de Conservación de Ballenas (ICB). Fue un golpe duro. Hace tan solo un mes, el ICB había registrado 1.420 ejemplares en la costa patagónica, la mayor cifra desde que empezó a contarlas en 1971. 

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