Google, acusado de violar sus propias normas sobre publicidad

La compañía no cumple con sus estándares de calidad en anuncios en el 80% de los casos en los que se muestran en páginas de terceros, según un reciente informe de la firma Adalytics 

Google habría infringido sus acuerdos con los anunciantes en la contratación de anuncios de vídeos en el proceso de compra en YouTube, plataforma que, como el buscador, es propiedad de Alphabet. La tecnológica habría violado sus propios estándares de calidad publicitarios cerca del 80% de las veces en las que los anuncios se muestran en páginas de terceros, de acuerdo con un reciente estudio elaborado por la empresa de análisis Adalytics. Esto puede haberle costado miles de millones de dólares durante los últimos tres años a marcas e instituciones de toda condición y tamaño. Entre ellas, American Express, Samsung, Disney o, incluso, el Departamento de Salud de EE.UU. 

Google depende enormemente de la publicidad para su negocio. El buscador cuenta con un servicio llamado Google Video Partners (GVP) destinado a la colocación de anuncios en los vídeos que son alojados en páginas web de terceros. Es decir, fuera de la aplicación de YouTube y de la versión de la plataforma que es accesible a través del buscador. 

Cuando se contrata este servicio, Google se compromete con el anunciante a ejecutar la publicidad en sitios de alta calidad, antes del contenido de video principal de la página y con el audio activado. Además, las marcas solo pagan por aquellos anuncios que el usuario realmente visualiza, ya que normalmente la publicidad se puede eliminar cinco segundos después de que se inicie la reproducción. Cada vez que un anuncio concreto alcanza las 1.000 visualizaciones, las marcas pagan 100 dólares. 

El problema es que, de acuerdo con la investigación de Adalytics, estas normas no se estarían cumpliendo. La firma, dedicada al análisis de publicidad online, habría estudiado campañas de anuncios de más de 1.100 marcas realizados mediante el empleo de (GVP) realizadas entre 2020 y 2023. Durante el desarrollo, descubrió que la plataforma habría estado poniendo los anuncios en videos pequeños y que saltan de forma automática. Además, no sería posible omitirlos y estarían ubicados en zonas poco visibles de las páginas principales. 

De acuerdo con ‘The Wall Street Journal’, medio que adelantó la noticia en exclusiva, Google también habría mostrado la publicidad en páginas que están lejos, y mucho, de ser considerados como «de alta calidad». Entre ellos figurarían espacios dedicados a la desinformación o, incluso, a la piratería informática. 

Adalytics también señala en su estudio que más de la mitad del presupuesto que gastaron los anunciantes en los paquetes publicitarios se destinó a sitios que no son de YouTube, sino en sitios web de terceros. Google, por su parte, se defiende. «La gran mayoría de las campañas de anuncios de video se publican en YouTube. Los anunciantes de video también pueden publicar anuncios en GVP, una red separada de sitios de terceros, para llegar a audiencias adicionales, si les ayuda a cumplir sus objetivos comerciales», señala Marvin Renaud, director de soluciones de vídeo de la tecnológica, en un comunicado compartido por la empresa con ABC. 

Renaud remarca que Google da la opción a sus clientes cuando contratan sus servicios de publicidad de «decidir dónde puede aparecer su contenido». Estos también pueden evitar de forma activa que sus anuncios aparezcan en sitios web o aplicaciones, ya sea excluyendo la URL de la página o descartándola de forma general debido a su temática. 

Asimismo, el ejecutivo niega que los anuncios insertados en sitios de terceros estén incumpliendo de forma, prácticamente, generalizada las normas de Google y Youtube. «Más del 90% de los anuncios en GVP son visibles para las personas en toda la web, y los anunciantes solo pagan por los anuncios cuando se ven», zanja 

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