El balneario, destino de miles de turistas y aventureros cada verano, fue el escenario esta semana de una tragedia que las autoridades todavía investigan.
Al menos cinco surfistas se ahogaron luego de que el agua y la arena de la playa fuera cubierta por una densa y alta capa de espuma.
Según informó la Organización Real de Rescate Marítimo de Países Bajos (KNRM), pese a una operación de búsqueda de gran escala, solo lograron salvar a un miembro de un grupo de surfistas. La organización explicó que la espuma marina, que según algunos testigos alcanzó más de un metro de altura, dificultó las tareas de rescate, al igual que las condiciones climáticas.
«La búsqueda de los surfistas desaparecidos fue complicada por la capa de espuma del tamaño de una persona. Las condiciones de fuertes vientos y olas altas también dificultaron la tarea», indicaron en un comunicado.
Durante el rescate, en el que participaron policía, bomberos, la guardia costera, unidades de KNRM y otros trabajadores de emergencia, las autoridades incluso utilizaron un helicóptero para intentar despejar la espuma, pero el resultado fue infructuoso. Finalmente, solo pudieron rescatar cuatro cuerpos y el quinto, pese a ser divisado, fue tragado por las aguas.
El accidente generó inusitadas muestras de duelo entre la población de La Haya, la ciudad donde está la playa, que acudió a la cercanías de la costa para rendir tributo a las víctimas.
No es la primera vez este año que altos niveles de espuma marina se reportan en Europa. En enero pasado, una densa capa inundó calles del casco antiguo de Tossa de Mar, en Cataluña, España.
