El temido desierto ‘vacío’ del rally Dakar decepciona

El desierto de Rub’ al Khali, definido como un lugar inhóspito y alejado de todo, un rincón donde podía pasar cualquier cosa, no marcó la diferencia en el Dakar 2023. En motos, el argentino Luciano Benavides (Husqavarna) ganó su tercera especial de la carrera y vio como su hermano, Kevin, perdía el liderato en beneficio de Skyler Howes, su compañero en la marca sueca. En coches, Sébastien Loeb ganó por cuarta jornada consecutiva y acumula cinco triunfos en esta edición. La undécima cronometrada, la primera manga de la etapa maratón, no resultó ni tan dura ni tan remota como había advertido la organización. 

Como los locales se refieren a este enclave, no estaba tan desocupado como decían. En Ardah, un pequeño poblado cerca de las fronteras con Omán y Emiratos Árabes Unidos, varias explotaciones petrolíferas tiñeron el paisaje. No muy lejos, la autopista que cruza de norte a sur iba cargada de camiones de construcción, y es que los nuevos pozos van erosionando el desierto de la región y originando pequeñas colonias donde residen los trabajadores. Algo más adentro, en el mar de dunas, preciosas ondulaciones naranjas y rojizas, lo único que se movió fue la clasificación de las motos. 

Después de la decepción de los cabecillas del rally -otra historia fue para los de atrás-, algunos pronostican alguna sorpresa en el retorno a Shaybah este viernes. Quizás los peligros de Rub’ al Khali se esconden en la segunda manga de la maratón. Ahora toca descansar y compartir hoguera y comidas en familia en el vivac. 

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