El Athletic conquista su 25º Copa del Rey en los penaltis ante un aguerrido Mallorca 

Los leones terminan con la sequía de 40 años y seis finales seguidas perdidas tras firmar una tanda de penaltis perfecta ante un bravo Mallorca. La gabarra suelta amarras y volverá a salir cuatro décadas después. 

Ha pasado tiempo, mucho, 40 años, cerca de medio siglo y seis finales seguidas perdidas para que el Athletic de Bilbao vuelva a coronarse como campeón de la Copa del Rey (25º), esta vez tras noquear al Mallorca de Javier Aguirre en la tanda de penaltis 1-1 (4-2). Los de Valverde, guiados por Nico y el goleador Sancet (50′) igualaron la contienda tras el golazo de Dani Rodríguez en la primera parte (21′) pero tuvieron que esperar a los 11 metros finales para terminar con la resistencia de los baleares. Una serie perfecta de lanzamientos coronó como campeón a los leones en una moche mágica para el club. 

Y es que la final, pese a lo que algunos podían pronosticar, fue mucho más igualada y competida de lo que se esperaba. El Athletic, que partía como claro favorito, pagó ese estatus en los primeros 45 minutos en los que un Mallorca envalentonado, ordenado y fiel a su estilo estuvo muy solvente en defensa. Consiguió parar al Athletic, que no a Nico Williams, el más activo e incisivo de los leones, y además se fue a vestuarios mandando tras un trallazo a la escuadra de Dani Rodríguez. 

Al león le faltó el colmillo en la primera mitad, tímido y con más miedo a perder que ganas de ganar, valga la redundancia. Pero quedaba final para dar y regalar. La ‘charleta’ de Valverde en los vestuarios de La Cartuja hizo reaccionar de inmediato a los suyos. Los vascos salieron en tromba y tras permitir un mano a mano de Larin en los segundos iniciales, tomaron el control de la final casi por primera vez. Solo 5 minutos necesitaron para igualar la contienda, un Nico soberbio y omnipresente filtró un balón perfecto a Sancet para que este definiera a placer ante Greif. Corría el minuto 50 y el león por fin rugía, al igual que una grada en la que solo se escuchaba a la afición bilbaína. 

La dinámica del Athletic hizo creer a muchos que podía sentenciar la final en ese tramo de los 10-15 primeros minutos, pero el Mallorca se agarró al partido y supo sufrir, marca de la casa del ‘Vasco’ Aguirre. A partir de ahí todas las ocasiones del partido fueron de los de Valverde, pero las claras se podían contar con los dedos de una mano. Mucho ruido y pocas nueces. 

Los bermellones rascaban segundos de donde podían y terminaron llevando la final a su territorio: los penaltis, esos que dicen que son una lotería, un mito que afortunadamente cada vez está más desmentido. 30 minutos de trámite, de la absoluta ‘nada’ en una prórroga en la que apretó lo que pudo el Athletic y en la que incluso tuvo un susto de muerte con un remate de cabeza de Muriqi. El título se decidiría en los 11 metros, los de la isla ya celebraban el simple hecho de jugarse la Copa a balón parado, les sonrió ante la Real pero hoy el destino les fue esquivo, y le sonrió por fin a los vascos. Cinco lanzamientos perfectos de los jugadores de Valverde con fallos de Morlanes y Radonjic por medio para levantar al cielo de Sevilla la ansiada 25º según los vascos, la 24 para otros. 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *