¿Se han perdido algunos buenos modales de educación?

Los buenos modales, son el primer paso del comportamiento de cada persona, detalles que a diario marcan la diferencia en las relaciones personales. Son una muestra de consideración y respeto hacia los demás y también demostrarán las buenas costumbres de cada persona.

Un buen emprendedor sabe que para triunfar es necesario hacer presentación de los buenos modales, y no me refiero a ir presumiéndote por cada pasillo de la empresa. Los buenos modales y la cortesía se ven a distancia, se perciben y se sienten.

¿Te ha pasado que al llegar al trabajo, antes de un buenos días, lo primero que recibes es una llamada de atención porque olvidaste hacer algo, y desde ese momento tu día ya no comenzó tan bien? Desde el inicio de tu día, un “buenos días” marcará la diferencia a lo largo de tu día, a las personas nos gusta sentir que somos importantes y verdaderamente lo somos, continúa tu día pidiendo las cosas “por favor” y dando las “gracias” cuando corresponda. Las personas agradecerán tu atención.

Estás en una reunión presentando una nueva idea para tu área y de pronto alguien interrumpe tu excelente presentación, ¡esto es totalmente molesto! …Evita interrumpir cuando la otra persona está hablando, deja que se exprese, llegará tu momento para continuar la conversación. Aprende a escuchar.

Decir “hola” o preguntar “¿cómo estás?” de inmediato transmites a la otra persona un interés cordial. El saludo es lo más importante de los buenos modales, es con lo primero que generamos contacto con otra persona. Saluda y responde el saludo cuando te corresponda.

A todos nos gusta, ya sea por un cumpleaños, boda, graduación, ascenso de trabajo, etc. reconoce a las personas por su triunfo logrado.

«La cortesía es el más exquisito perfume de la vida, y tiene tal nobleza y generosidad que todos la podemos dar, aún aquellos que nada poseen en el mundo«

La cortesía y los buenos modales son más que una señal de clase y educación: según los expertos, éstos tienen un efecto positivo en la salud, el trabajo y la familia.

La cortesía, la consideración y el tacto han sido llamados «el aceite que lubrica la gran maquinaria social» que nos permite funcionar en relativa paz y armonía. Y con razón. Si todos simplemente actuáramos sin tomar en cuenta de qué manera nuestras acciones afectan a quienes nos rodean, el solo hecho de salir a la calle a comprar el pan podría sentirse como un acto de agresión: los más fuertes tomarían nuestro puesto en la fila del supermercado; los impacientes nos empujarían para quitarnos de su camino, el indiferente nos cerraría la puerta en la cara, y muchos quizás harían actos muy personales, y muy privados, en público.

Por el contrario, cuando una sociedad abandona los buenos modales, el efecto acumulativo de estas agresiones aumenta el estrés y afecta el bienestar total de la persona: la salud, las relaciones y la paz mental. Incluso se ha probado que la rudeza, la vulgaridad y la falta de cortesía en el trabajo afectan la productividad.

Para vivir en armonía y sin estrés, tener mejores relaciones, funcionar mejor en el trabajo y disfrutar más de la vida, es esencial desenvolvernos en un mundo donde imperen el respeto y la consideración. Para rescatar estos valores en peligro de extinción.

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